lunes, diciembre 6

Todo saldrá bien



Estoy helada. No sólo mis manos, también mis piernas, mi espalda, mi cuello, mi cara, mi pelo, mis uñas, mis lágrimas, mi corazón, mi alma, mi sufrimiento, mi desesperación, mi miedo. Está frío, me congelo...no tengo hacia dónde huir. Ni siquiera lo intentaré, tan sólo seguiré siendo un insecto...Las personas, ellas creen, imaginan, idealizan ciertos pasajes de mi personalidad que francamente no existen. Fortaleza¿? Claridad ¿? Optimismo ¿? Historias que creé en este fallido intento por vivir. No, no, no...nada saldrá bien.

Desahogo




Desahogo? Escribiendo siento que me ahogo aún más. Se supone que ahora trato de auto convencerme de que la vida es así, y bueno, habría que seguir. Dejar la carrera un par de años. Si continuo mintiéndome de esta manera pronto enloqueceré. Escombros, escombros de mis sueños caen en mi cabeza. Sueños, sueños, soñé, soñaba...pretendía seguir soñando. Odio esconder la mirada a mi madre, pero prefiero fingir anudar mis zapatos, que levantar la vista y me descubra con esta cara lastimosa cubierta de dolor, con esta angustia saliendo por mis poros y esta desesperación brotando de mis ojos. Perdón. Perdón, otra vez.