miércoles, septiembre 22

Ausencia


No puede existir  ausencia sin la memoria de algo que algún día estuvo. Los recuerdos. 
Me pregunto si entenderás, y me respondo: por supuesto que no. El silencio, es otra de las curiosas cosas que llaman mi atención. Los silencios mienten, matan, son la manera más elocuente de lastimar, dicen mucho. Los silencios son también libertad, prefiero ser dueña y señora de mis pensamientos, que esclavizarme ante la futilidad de una frase que tal vez no represente lo que realmente quisiera. Y bueno, los silencios son ambiguos, exquisitamente enigmáticos. A diferencia de ti, los prefiero a veces. Demuestro mi sentir de otras maneras, escribiendo, por ejemplo. Te habrás tomado el tiempo de visitar estas memorias tan mías?, claro, por supuesto que no. Lástima, en todos éstos meses no has sabido descifrar mis códigos. Lo sé, pongo una muralla de concreto en frente...pero si encontraras la forma de siquiera tener ganas de abrirte una ventana...quizás...pero, por supuesto que no. 
No entiendes, verdad que no? Te he dejado acercarte a tal punto, amor. Debo detenerte. Debo evaporarme como tu sudor en un día soleado. No ves? Tú bien lo dijiste, respondí presurosa: no, amor, no pienses eso. Pero sí...Eres egoísta. Cuando te vayas qué? Cuando me dejes qué? No habrá ventana, ni puerta, no murallas ni evaporaciones. RECUERDOS. Sí, y por consecuencia, AUSENCIA... DOLOR.Y ya no lo quiero más...no más dolor. Qué hago entonces? Sabes tú la respuesta aún sin saber la pregunta?. NO, POR SUPUESTO QUE NO.

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