jueves, octubre 4

Peter y Wendy en mí



Y así como existe el síndrome de Peter Pan, existe, a su vez, el síndrome de Wendy...

"El síndrome de Wendy se manifiesta en una necesidad absoluta de satisfacer al otro, principalmente la pareja y los hijos. Esta conducta se debe al miedo al rechazo y al abandono."

Se podrá padecer dos tipos de trastorno a la vez?



Es habitual la existencia de un Peter Pan que tenga una Wendy para que haga todo lo que él no hace y se responsabilice de todo lo que él evita.

El psicólogo Jaime Lira explica que:

“Un Peter Pan es un varón o mujer que no quiere crecer, que quiere ser niño por siempre y entonces aparece como aquel hombre o mujer que se encuentra detrás, la que se encarga de hacer todo aquello que no hace el primero”


Quienes padecen el Síndrome de Wendy difícilmente controlan su propio rumbo en la vida, por lo que se enfocan en tratar de controlar la vida de otra persona. Frecuentemente el origen de éste síndrome se encuentra en el pasado familiar de quien lo padece, en donde ésta persona se sintio excluida y desprotegida, por lo que en la edad adulta compensa la falta de dirección y protección asumiendo el rol de los padres que no ha tenido. Quien padece éste síndrome difícilmente se reconoce a si mismo en ésta situación.
Ejemplos del Síndrome de Wendy serían el padre de familia que prácticamente le hace la tarea al hijo, le despierta todas las mañanas para que no llegue tarde a la escuela, le ayuda en todos sus proyectos, busca hacerle siempre la vida fácil; también el ama de casa que asume todas las responsabilidades en el hogar para que el marido y los hijos no tengan que hacerlo; o un miembro de una pareja que asume todos los deberes y toma las decisiones. El individuo, debido a su miedo al rechazo, al abandono, a no sentirse querido, busca exageradamente agradar a los demás. Siente una gran necesidad de aceptación y aprobación que le lleva a querer ser imprescindible, por lo que evita que los demás se molesten y se esfuerza en complacer sus deseos.



MIERDA...


“Ella en su mundo interno sufre de depresión y vacíos existenciales, ya que no tiene autonomía, y al final del día y a través de los años sabe que no ha hecho nada por sí misma, por lo que cae en un estado de angustia, neurosis (desestabilidad emocional) y aislamiento social”.

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