viernes, agosto 23

LO

Lo imagino como un sicario, enviado por vaya a saber quién, esperando encontrarme tras cada esquina, con un cuchillo en su mano, para luego asomarse, apuñalándome, fríamente, por la espalda.
Lo recuerdo corriendo, como un cobarde. Como todos los cobardes que han huido, como todos los cobardes que he ahuyentado. 
Lo sé borracho, lo siento seguro y tranquilo, lo veo libre y satisfecho. 
Lo olvido cada minuto, lo borro de a poquito, pasito a pasito. Lo beso, en la distancia, lo despido para siempre.

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