sábado, julio 28

Basta de diálogos.

He estado pensando en que no tengo una miserable razón por la cual estar llevando un cumpleaños como el pico. Si bien es cierto, esto de los cumpleaños me importa una soberana raja, la gente pareciese ponerse más feliz que yo al desear un "que tengas buen día", o un "no tomes tanto" como si sólo por decirlo yo realmente pasara un buen día, o tomaré menos, ninguna de las dos frases me parece racional. Mientras estaba ebria el otro día, y lloraba frente a mi madre...mientras caminaba por la casa como perdida, en ropa interior y descalza, pude entender que tengo cosas más importantes por las cuales sentirme mierda. 
Estuve esperando...TE ESTUVE ESPERANDO. LLegaste, por cierto, pero de una forma tan poco clara y escurridiza...
Sencillamente creo que nunca seré lo suficientemente buena para nadie. 
No fui capaz de esperar.
Hoy, no soy capaz de soportar.


No digas que me quieres. Tú no tienes una remota idea de lo que es querer. Desear y hacer realidad la felicidad de esa persona. Pensar en qué podría hacerla sonreír. Dejar de pisotear sus esperanzas y masacrar su corazón...No sentir que es un esfuerzo echar una puta moneda en ese teléfono público, sino que es un placer  volver a escuchar su voz. No creer que esa cerveza, en esa mesa, vale más la pena que cualquier cosa...Tú, mi niño, no me quieres. Bien por ti. Aléjate de mí. Te puedo destruir. Aunque es paradójico, tú me destruiste primero...

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